Un antiguo arte para recuperar la Unidad de nuestro Ser

 

La Radiestesia Vibratoria, también denominada Radiestesia Física es una antiquísima práctica que fue reintroducida en este campo de investigación principalmente por radiestesistas franceses y suizos en los años 30 del siglo pasado.

Podemos seguir las huellas de este conocimiento ancestral hasta el Antiguo Egipto, e incluso más allá, a un tiempo remoto no recogido en la Historia que nos es conocida.

Las herramientas empleadas hoy en día en Radiestesia vibratoria, como péndulos y objetos especiales que basan sus propiedades en las formas, proporciones y los colores radiestésicos entre otros, nos permiten abrirnos a un océano de vibraciones que forma parte de nosotros y en el que estamos inmersos.

Podríamos decir que un abismo separa la Radiestesia Mental de la Radiestesia Vibratoria pero sabemos que ambas ramas de este mismo Arbol del Conocimiento necesitan ser reintegradas y unidas si deseamos llevar nuestra práctica un paso más allá, hacia el futuro de este arte y antigua ciencia.

La naturaleza cuantitativa y cualitativa de toda investigación necesita ir de la mano si pretendemos acceder a los secretos más profundos ocultos en la Naturaleza, la Vida y en nosotros mismos.

En los últimos milenios hemos vivido en un sistema de dominio del hemisferio izquierdo, donde la naturaleza cuantitativa de las cosas fue considerada prioritaria sobre el conocimiento que procedía del hemisferio derecho de nuestros cerebros, aquél que nos permitía sentir, percibir la cualidad de los objetos, los seres, las situaciones.

Es muy interesante ver como esta división entre cantidad y calidad refleja la división entre sexos, entre lo masculino y lo femenino dando lugar a largos periodos en la historia donde alternó el dominio masculino o la hegemonía matriarcal.

Confío personalmente en la naturaleza holística de la Mente, la Psique, el Espíritu y es desde ese saber interno que siento que hemos de armonizar  la radiestesia mental y la vibratoria, como una forma de reunificarnos, regresar a nuestra propia unicidad, accediendo así a nuestras plenas capacidades originales.

Cuando usamos nuestros péndulos, realizamos mucho más que una simple búsqueda o transformación. Cuando usamos nuestros péndulos de forma holística, estamos  sanando la fragmentación de nuestra psique, reunificando lo que hace mucho fue separado, dividido y fragmentado debido a la intolerancia y la ignorancia.

Para aquellos con talento en Radiestesia Mental, quizás necesiten desarrollar todavía más su naturaleza femenina para sentir, percibir las cualidades más que las cantidades. Medir es un acto que puede ser considerado un rasgo masculino en todos nosotros. Usamos números, calculamos, sumamos, dividimos, multiplicamos, contamos. Estudios muy interesantes se hicieron en Estados Unidos en los años 60 en fábricas en las que operarias femeninas  manipulaban oro dosificándolo de una forma muy precisa. Los estudios realizados mostraron que las trabajadoras durante su fase de menstruación dosificaban “mal” la cantidad de de este metal (hacia el exceso, haciendo pues perder dinero a la empresa). La dirección de la fábrica optó por dar vacaciones a todas sus trabajadoras menstruantes unos días de descanso porque les resultaba más barato ofrecerles ese tiempo libre que el dinero que perderían por las incorrectas cuantificaciones de oro. Dicho de otro modo, les dieron vacaciones hasta que su capacidad mental regresara a su máximo grado de precisión cuantitativa, es decir al dominio de su hemisferio izquierdo.

La Radiestesia vibratoria es una rama que conecta profundamente con nuestra naturaleza femenina. Ser capaces de sentir los matices y sutilezas del océano de vibraciones en el que vivimos, nos abre a un profundo aspecto de nosotros mismos. Esta apertura no está libre de desafíos pues todos hemos adormecido nuestra naturaleza femenina receptiva eligiendo una y otra vez los modos de ser pro-activos y masculinos que imperan en la sociedad moderna.

La Radiestesia es mucho más que un movimiento de péndulo aquí y allá. Las mismísimas fuerzas de la Creación, la Dualidad y la Unicidad se unen a nosotros cuando movemos nuestros péndulos.

Desarrollar nuestros sentidos de la percepción interior, ser capaces de detectar y percibir las sutiles diferencias y matices en ese océano infinito de vibraciones no es tarea exclusiva de psíquicos o una práctica mágica y oscurantista abierta a unos pocos iniciados o talentosos. Es una ciencia antigua y un arte que quedó perdido en el tiempo y que precisa ser restaurada al lugar que le corresponde.

La Radiestesia Vibratoria y Mental pueden ayudarnos  a despertar nuestra conciencia y sumergirnos, con atención plena, en ese océano vibratorio hasta ahora desconocido para nuestro aspecto más mental, pero percibidos y presentidos por nuestro lado femenino y nuestro Inconsciente.

Quizás recuerdes, en lo más profundo de tus huesos, un tiempo en el que el lenguaje portaba en sí mismo la naturaleza vibratoria de su significado. Cuando sabíamos el efecto vibratorio de nuestras palabras, nos hicimos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, pues podíamos sentirlos, verlos, percibirlos.

El mundo está al borde del precipicio de la destrucción porque hemos sido incapaces de ver, sentir y percibir las consecuencias de nuestras acciones.

Tal es mi misión en radiestesia: ayudar a crear un puente que vuelva a unir nuestras psiques, nuestros hemisferios cerebrales, nuestro pensar, contar con nuestro sentir, percibir. Regresar a la Unidad, a nuestra verdadera esencia a través de la práctica de la Radiestesia.

 

Bárbara Meneses

Radiestesista, terapeuta complementaria

www.baj-pendulos.com