Dos mensajes afloran en estos momentos…
El primero es el de recordar nuestra Inocencia. La nuestra y la de aquellas personas que juzgamos. El “karma” instantáneo nos vuelve como un boomerang a estallarnos en la cara con la misma fuerza con la que juzgamos al Otro… No es un castigo sino una toma de conciencia de la fuerza y el impacto de nuestro juicio. Atentos al efecto boomerang en el plexo solar.

El segundo mensaje se repite con otra variante en relación a otros mensajes e intuiciones que hemos ido expresando días atrás. Está conectado con la toma de conciencia de nuestra motivación real para ayudar a alguien.

¿Caemos en el rol de Salvador para así dar sentido a un vacío existencial que en el fondo sentimos en nuestra propia vida? Nos inventamos las misiones porque no nos atrevemos a permanecer quietos en el “vacío” preñado de posibilidades el tiempo suficiente como para que aflore nuestro verdadero propósito?

¿Ayudamos al otro por temor a sentirnos rechazados? ¿Por miedo nos hicimos adictos a los dramas ajenos?

Nos invita la Vida a contemplar estas y otras cuestiones relacionadas para que recuperemos la energía que perdemos en atender lo que no es para nosotros atender ni sanar ni resolver sino a los demás.

La Vida nos invita a que amorosamente recuperemos nuestro sitio en relación a los demás y nuestro espacio personal, permitiendo a los Otros ocupar su espacio, asumir su vida, simplemente llevarla como ellos quieren y no como nosotros sentimos que deberían llevarla.

Soltemos…todo eso nos ancla y genera lineas de tiempo kármicas en las que nos volvemos a atar a quienes ya no necesitamos estar atados por lazos causales.

Vivimos momentos de indefinición y recordemos que muchos seguimos en “el tunel” o “la lavadora” la metáfora con la que os sintáis más cómodos para describir este proceso de purga de aquello que nos retiene en patrones falsos que no reflejan quienes somos en esencia ni quienes son los demás.

No es tiempo de héroes, es tiempo de sinceros y honestos… es tiempo de soltar, con amor, pero soltar al Otro…dejarle caminar… aligerar el peso… liberar la culpa que nos hace sujetar cargas ajenas, el sentimiento de sentirnos inadecuados… es tiempo de dejar de ser el basurero de tu familia, quien recoge todo lo que nadie quiere procesar…Ya no hacemos un favor a nadie ocupando ese lugar que no nos corresponde ni corresponde a nadie.

No es tiempo de sanar al otro sino de ayudarle a que se sane por si mismo. Es tiempo de ayudar haciendo preguntas, permitiendo y facilitando tomas de conciencia…

Soltemos 

Con Amor,
Barbara

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