En estos tiempos de radicalismo por la izquierda, por la derecha, por arriba y por abajo, no está de más recordar la medicina sanadora del Desapego…
una actitud interna en la que comprendemos la transitoriedad de esta existencia sin aferrarnos a lo material ni a las historias que nos cuentan, y sin perder la perspectiva eterna…
Pero a veces confundimos el desapego con la indiferencia, la crueldad, la impasividad, el egoismo o incluso el «pasotismo».
El desapego no es nada de eso… es simplemente caminar por la fila de la navaja sabiendo que a diestro y siniestro hay fuerzas que nos empujan a la radicalidad en nuestros modos de ser, sentir y obrar, y nosotros, seguimos caminando en nuestra paz.
Estamos viendo lo feo, lo falso y están cayendo las máscaras en nuestras sociedades y en el mundo. El proceso no es bonito, es más bien feo y huele mal. Pero hay que transitar por ello.
Que la paz sea con nosotros.
Bendiciones
Barbara