Así como en física cuántica nos hablan de la imposibilidad de observar de una forma totalmente desapegada un objeto, pues el observador influye directamente sobre lo observado, en radiestesia este concepto nos queda muy claro sobre todo en nuestro SENTIR, en el “ressenti” que llaman en francés a la capacidad que tienen los radiestesistas de sentir en su cuerpo y su campo energético las vibraciones que están estudiando.

Esto plantea interesantes dilemas pues ¿cómo podemos asegurarnos un máximo grado de objetividad y neutralidad cuando precisamente estamos siendo “contaminados” por la información vibratoria de aquello que observamos? y ¿qué mecanismos podemos poner en práctica para minimizar dicha contaminación vibratoria y asegurarnos la lectura más “limpia” o “neutra” posible?.

En nuestros cursos de radiestesia presenciales y online abordamos esta cuestión y realizaremos un enfásis mayor en esta cuestión en el futuro por considerar que es una comprensión que puede beneficiarnos a todos como practicantes de radiestesia.

No es posible distanciarse al cien por cien de lo observado. De hecho el observador observa con sus filtros personales y éstos son una compleja configuración basada en filtros culturales, ancestrales, genéticos, personales, programados y aprendidos. Así, la experiencia de una rosa no será la misma para una persona u otra en base a cada uno de esos filtros. Por ello la experiencia radiestésica será diferente y eso también será así en los casos de sanación radiestésica.

Además de estos filtros, el Observador emite naturalmente verde negativo, que es un “color” radiestésico considerado más bien como una onda portadora de información. Naturalmente al fluir con nuestra atención hacia el objeto de nuestro interés, lo hacemos con nuestra energía y con dicha onda portadora de información que “toca” o “roza” ese objeto en cuanto tomamos contacto visual o sensitivo con él. Así, ya se produce un flujo de comunicación entre ambos, el Observador y lo observado y un proceso de comunicación entre las frecuencias de ambos ya sea en un sentido armonizador o al contrario produciendo una auténtica guerra de frecuencias entre ambos campos energéticos. En ambos casos, la neutralidad desaparece y nos encontramos influyendo y siendo influidos inexorablemente por esa observación.

Sin embargo esto no ha de decepcionarnos o limitarnos o echarnos para atrás. Al contrario, hemos de trabajar con esta variable como parte de nuestro proceso, aceptándola y conociéndola pues así podremos poner en marcha los mecanismos que minimicen el impacto negativo de esta situación tanto en nuestras mediciones radiestésicas como en la provisión de correcciones bioenergéticas en personas, espacios, situaciones etc.

Así como en radiestesia vibratoria aconsejamos el uso de un péndulo neutro que ha sido despolarizado para realizar mediciones lo más objetivas posibles, con este fenómeno, buscamos que el Observador sea lo más neutro posible.

Alcanzar la neutralidad interna es de por sí un camino espiritual de crecimiento personal. Llegar a ese punto de neutralidad equivale a conocerse a si mismo tanto que uno es capaz de descartar todo aquello que uno NO es, para permitir que aflore su esencia verdadera. Ella es de por si neutra, intocada, inalterable, no condicionada por factores externos. Estar en neutro es estar lo más cerca posible de la esencia de uno mismo, en un espacio interno de centramiento y de silencio interior, despersonalizados sin por ello dejar de ser quienes somos, pero restando importancia a todos esos filtros personales que más que liberarnos e identificarnos nos condicionan.

Estar en neutro es estar en cero, pero no por ello caemos en el nihilismo o la negación de nosotros mismos. Al contrario, soltamos todo lo que no somos. Entonces, podemos percibir la rosa en su esencia, pues nosotros ya estamos en la nuestra.

Estar en neutro de este modo es un camino vital que lleva su tiempo y su práctica pero que puede hacerse. Comenzamos siendo conscientes de que existen multiples factores que hacen interferencia entre nosotros y aquello que observamos, como son esos diferentes filtros con los que observamos, las gafas que nos condicionan. Estar en neutro es quitarse las gafas y los filtros y estar en un estado de vacuidad interna, vacios de todo lo que NO somos.

En ese estado de neutralidad, los testajes de vibraciones no beneficiosas nos afectan menos porque estamos huecos, vacios, y pasan a través de nosotros sin tocarnos… Es lo que los sabios dicen cuando hablan de que en ese estado el Karma no nos puede tocar pues no hay ningún punto donde engancharse, simplemente se escurre de nuestro Ser que permanece inalterado e intocable.

Por el contrario, todo el tiempo que no estemos plenamente neutros, las mediciones de vibraciones nocivas pueden afectarnos y debemos proveer de soluciones y precauciones para que el impacto nocivo de esas ondas nos afecte lo menos posible. Soluciones como fortalecer nuestro sistema inmune, fortalecer el aura, enraizarnos, gozar de excelente salud, rodearnos de Verde positivo, conectar a menudo con la naturaleza, colocar nuestra cabeza y brazos sobre un marco de madera de una puerta para descargar, sprays áuricos adecuados para eliminar vibraciones nocivas, protecciones varias y sobre todo dosificar y minimizar el tiempo de exposición a ondas nocivas, serían de las soluciones más comunes para tales efectos.

Bárbara Meneses

www.baj-pendulos.com

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