Buddha-Meditation-TreeUno de los mayores regalos que nos ofrece la radiestesia es el ayudarnos a conocer nuestra mente en profundidad.  Cuando practicamos la radiestesia siguiendo determinados principios, logramos aquietar la mente, entrar en estados óptimos de relajación y vacuidad. Igualmente,  nos permite mejorar nuestra capacidad de enfocar la conciencia, concentrar el pensamiento hacia un objetivo determinado y soltar lastre (entregra) con respecto a nuestros objetivos. Todas estas cualidades son fundamentales en el proceso de meditación ya sea cultivando prácticas como la budista Vipassana o los procesos que hoy en día se han dado en llamar “Mindfulness”.

Quienes habéis visto la película de los ochenta, Karate Kid, recordaréis que el joven protagonista es entrenado por un maestro en artes marciales mediante fórmulas indirectas como lavar, fregar los cacharros. Esos movimientos repetitivos, aparentemente tediosos y sin propósito, cobraron todo su sentido y dimensión en el momento crucial de entrar en combate. En la práctica de la radiestesia mental,  comienzamos aquietando nuestra mente, sintonizándonos con una vibración, un estado, un objetivo y enfocacamos la mente. Si persistimos en nuestra tarea, al igual que el protagonista de Karate Kid, con el tiempo, adquiriremos cualidades para cultivar nuestra atención consciente que mejorarán nuestras meditaciones. Básicamente podemos decir que cuando es “bien” empleada, la radiestesia fomentará cualidades de la Mente iluminada que nos servirán para nuestro mayor bien en todas las áreas de nuestra vida, incluida la capacidad de manifestar objetivos, deseos, estados determinados. Mayor conciencia, mayor relajación, mayor capacidad de concentración y a la vez mayor capacidad de soltar lastre, liberar, expandir, suavizar serenar y aquietar. Todas estas capacidades son clave a la hora de profundizar en nuestra práctica meditativa. Meditar ayuda a la radiestesia y la radiestesia ayuda a meditar. Ambos “artes” se nutren y complementan el uno al otro.

Igualmente, gracias a mejorar nuestra capacidad de atención consciente y nuestra capacidad de “soltar lastre”, mantenernos neutrales y no aferrarnos a resultados preconcebidos, podremos con el tiempo perfeccionar nuestra capacidad de medir y detectar con el péndulo las cualidades vibracionales reales de los objetos, personas, campos que deseamos medir. Así, evitaremos caer en un error muy común que es el de medir  nuestra proyección mental del campo que estudiamos (la idea que tenemos y proyectamos sobre ese objeto o campo vibratorio a medir).

Un excelente péndulo con el que explorar en nuestras meditaciones es el Péndulo Hathor, pues nos ayuda con su poderosa radiación Ultra Blanca, a enfocar la mente en aquello que deseemos: vacuidad, amor incondicional, zonas del cuerpo (Yoga Nidra).

Igualmente, un péndulo que puede servirnos de excelente herramienta para meditaciones más creativas, sería el Péndulo Universal pues con él podemos meditar sintiendo los diferentes colores radiestéticos que emite este péndulo.