La radiestesia clásica descubrió la presencia en y alrededor de todo objeto animado e inanimado, de una banda de colores del espectro visible e invisible de la Luz. Desde los años 30 del siglo pasado, diferentes investigadores usaron los péndulos para medir y detectar esta banda de colores a los que adjudicaron propiedades beneficiosas y perjudiciales dependiendo del tipo de dimensión donde se encontrasen: la dimensión eléctrica, la magnética y la electromagnética.

Una herramienta clásica que se desarrolló a partir de estas investigaciones realizadas por radiestesistas tales como los franceses, Chaumery, Belizal, Turenne o el ruso Skariatin, fue el Péndulo Universal, capaz de detectar la presencia y ausencia de colores radiestésicos en esas tres dimensiones.

La radiestesia moderna trabaja principalmente con doce colores radiestésicos que se colocan sobre una rueda similar a la rueda del zodiaco. Son doce colores que conforman los pilares fundacionales de toda la creación y si conocemos sus propiedades y sus efectos, podemos producir cambios positivos y generar entornos más saludables.

Este conocimiento casi perdido, forma parte de una antigua ciencia de la vibración que permitió antaño crear civilizaciones iluminadas que basaron su cultura en la generación de espacios acordes con los objetivos de lo que se pretendía realizar en ellos. El buen uso de los colores radiestésicos permite por ejemplo generar espacios de estudio, relax, creatividad, inspiración, sanación, apertura a estados elevados de conciencia etc. Igualmente, en el campo y la agricultura los colores radiestésicos se han empleado para ahuyentar plagas de insectos y reptiles o favorecer el crecimiento de plantas o armonizar espacios para animales.

Dos ramas de la radiestesia se han beneficiado del conocimiento y uso de los colores radiestésicos: la radiestesia aplicada a la geobiología y la radiestesia cromoterapéutica aplicada a la sanación. En el primer caso, los colores radiestésicos son analizados para ver su potencial efecto nocivo, pues su presencia tóxica viene a indicarnos la existencia de geopatías (estrés derivado de la tierra) y tecnopatías( estrés derivado de la tecnología). En el segundo caso, los colores son detectados para descubrir en los clientes las huellas de las geopatías y tecnopatías así como la huella de condiciones fisico-energéticas que se derivan de desequilibrios en la persona u animal.

Trabajando por corregir y equilibrar los colores radiestésicos en una persona o en un habitat estamos interactuando con fuerzas primarias y universales de la creación operando cambios de gran envergadura precisamente por estar manejando vibraciones primigenias que dieron origen a todo cuanto vemos.

Existen dos formas de trabajar con los colores radiestésicos, mediante radiestesia vibratoria o mediante radiestesia mental, empleando distintas herramientas como el péndulo Universal, y otros péndulos derivados de éste, y ciertos péndulos de corte egipcio (Karnak, Thot) con capacidad de realizar impregnaciones.

El color radiestésico más beneficioso y empleado hoy en día por laboratorios radiestésicos profesionales para la configuración de sus péndulos es el BLANCO por su capacidad de armonizar todos los colores de la rueda cromática sin afectar negativamente a los radiestesistas en el uso prolongado de péndulos que emitan ese color radiestésico.

© Bárbara Meneses, www.baj-pendulos.com (2017)