Me he levantado a las 4 de la mañana… a menudo me despierta «la Fuente»por así decirlo, para entrar en comunión con Ella. Al menos, así lo siento. Otras noches parece que monto guardia velando que todo esté en paz.
Hoy esos momentos de comunión han sido ricos, preñados de un profundo amor y de mucha luz.
Cuanto más nos abrimos al Amor de la Fuente, más puede sanarnos de dentro hacia afuera. Nuestra tarea, si lo deseamos, consiste simplemente en suavizar y abrirnos a Ella. La Fuente hace el resto…busca en nuestro interior aquellos recovecos de nuestra Alma donde aún permanecemos tensos, cerrados, desconfiados, con miedo y mediante el suave impulso de su luminoso amor, va deshaciendo las paredes en las que esos aspectos de nosotros permanecen encarcelados… prisiones auto-impuestas donde nos contamos mentiras sobre quienes somos, quién es la Fuente, cuál es nuestro Destino, hacia adónde vamos.
La Fuente, en silencio, trabaja a favor nuestro, cuando se lo permitimos y esto solo sucede cuando nos abrimos a Ella.
Entonces reina una preciosa paz, una apertura sin límites, una expansión luminosa, radiante, sencillamente dichosa, sin adjetivos, sin florituras…sencilla pero muy evidente.
Amanecer con la Fuente nos ayuda a «calificar» nuestro día con el aroma de la Unión, la intimidad, la confianza, la cercanía y así, las horas que transcurran desde esos momentos de comunión sembrarán un día de plenitud.
Que tengáis una feliz y plena semana llenos de ese Amor de la Fuente hacia vosotros que todo lo sana, todo lo abraza, todo lo perdona, todo lo libera….
Bendiciones
Barbara Meneses