Estamos todos o casi todos, sufriendo el resultado del gran pensamiento de SEPARACION que se creó con los eventos de hace dos años.

Ahora cosechamos sus frutos y sus consecuencias. Aquellas personas que hicieron suyo el pensamiento de separación sugerido y propuesto a la colectividad, tienen dentro el estigma de la separación y la crean y recrean en sus realidades internas.
La primera separación es con los demás, a través del miedo a lo vivido, el miedo al contagio… el miedo al contagio de ese mismo pensamiento de separación que solo por ser miedo a, dio origen a la separación en si.
La siguiente separación es natural consecuencia de la anterior, es la separación interna de uno mismo con respecto a su verdad esencial, pues en esencia somos hijos de la Unión, hijos del Amor.
La siguiente separación que se deriva de las anteriores es la separación con respecto a la Fuente, y una vez llegados a eso, podemos darnos la bienvenida al infierno personal.
Un evento tan aparentemente insignificante en el contexto de la historia de la Humanidad, como ha sido lo del «bicho», sin embargo ha sido capaz de propiciar enormes desconexiones fruto de la separación entre los unos y los otros.
La separación, el divorcio, es una manifestación del desamor, y ello, es una expresión de la elección que tomamos, consciente o inconscientemente de no amar. No amarnos los unos a los otros. ¿Suena esto a un mandamiento bíblico?… Si… no amarnos los unos a los otros es una de las grandes causas de desarmonía capaz de romper y fisurar toda nuestra conexión con la autentica realidad de nuestro Ser.
Rota esa conexión, nos invade la falsedad, la ilusión, la duda, y todos los venenos de la mente. Nuevamente, nos lanzaron un ordago a la grande y muchos caímos en ello.
Ahora toca re enderezarse, retornar al Amor… Amor por los demás, amor por uno mismo, Amor por la Fuente, Amor por la Vida. Amor Es. Todo lo demás es absolutamente ilusorio.
Bendiciones,
Barbara Meneses
www.purapresencia.com
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