La verdad es que es un placer inmenso sumergirse en otra cultura, otra tradición, poder sentir, tomarte el tiempo de conocer… soltar los juicios fruto del desconocimiento… molestarte por conocer, abrirte a suspender el juicio… dejarte conquistar, sin miedos a perder tus propios valores, quien eres en esencia..
Cuando escribo en el Blog de Baj Pendulos, hay categorías… sonrío al ver que la categoría que más post tiene es la categoría #sentir
Hay un «makom» especial en el sentir… un espacio que se abre cuando suspendes tu juicio hacia el Otro y te abres, sinceramente a dejarte ser tocado por el otro… por la otra cultura, la otra tradición mística… el otro lado… Yivareja… יְבָרֶכְךָ יהוה, וְיִשְׁמְרֶךָ
Recuerdo que sentada en las escaleras de una mezquita en El Cairo, hace muuucho tiempo, una niña de menos de 10 años se sentó a mi lado… me miró directa a los ojos y me dijo:
-¿Crees en Dios?….
No me preguntó si era cristiana, musulmana, judía, hindú… su pregunta fue Universal….
Mi respuesta en aquel momento, le causó dolor… incluso terror…
me miró con esa mirada de quien sabe que la respuesta fue la peor posible….
Hoy me siento nuevamente con ella en esas escaleras polvorientas… y vuelvo a contestarle pero esta vez, mis palabras son diferentes….
Y ella… en mi imaginación… sonríe 🙂
Por cierto, #Dios también tiene una categoría en nuestro BLOG!
Bendiciones, feliz noche a todos!
Barbara
Foto Rav Daniel Khon

Foto Rav Daniel Khon

Conocí a Moshe en Israel… recorrimos el norte del país haciendo autostop… discutimos mucho de política… se ponía nervioso con la visión europa de la situación israelo-árabe. un 31 de diciembre celebrando el año nuevo «occidental» rompió su copa de champán ante su frustración por hacerme entender lo que en su país sucedía….sangró a borbotones pero su enfado le impedía sentir el dolor…
Le invité a Egipto conmigo seis meses después y aceptó.
Se puso nervioso perdido en su su primer día en el Cairo ante el «caos» cairota que a mi me fascinaba. «No me extraña que hayamos ganado todas las guerras«, dijo con mala leche….
Y pasaron los días…
Caminamos por la ciudad, tomamos cafés, tés y carcadé… en cada puestecillo entablábamos conversación con los egipcios…
Y yo sabía que mis queridos egipcios estaban obrando su magia con Moshe…
Y un día… Moshe ablandó su postura, su posición, sus recelos, su rigidez… y me dijo…
Me voy solo a visitar el Sur de Egipto te veo en un par de semanas…
Y se fue solo a disfrutar…
Cuando le vi a su vuelta, estaba cambiado, me abrazó y me dio las gracias por haberle brindado esta gran oportunidad de conocer a SUS vecinos….
Regresó a su país con Amor en su corazón y sonreí….
Solo tenemos que acercarnos,
Moshe vivía en el Lago Tiberiades. Su familia guardó las llaves y cuidó la casa de sus vecinos árabes que tuvieron que huir hacia Siria en una de las guerras de los Altos del Golán.