Si algo nos ha traído esta situación actual es la caída de las máscaras. Hemos podido verle las caras a personas, grupos, empresas, organizaciones.

La elevación de las frecuencias planetarias está activando en todos la conciencia energética esa en la que ya no podemos esconder lo que pensamos, lo que sentimos y cómo vibramos, porque es absolutamente evidente para el resto del mundo cuál es nuestra realidad vibratoria, y ello va a seguir en aumento.
Caminamos hacia un mundo en el que la TRANSPARENCIA será evidente en todos los sentidos. Por ello la Cabal ya no tiene espacio y hueco en nuestras vidas porque ellos optaron por la OPACIDAD, lo OCULTO. Pero eso oculto no puede ya esconderse de nuestra vista por más tiempo porque la Luz de la conciencia emergente en todo el Universo está enfocándose sobre todos los rincones densos, oscuros, ocultos de NUESTRAS VULNERABILIDADES y de las de la Cabal.
Por ello era imprescindible para quienes querían realmente avanzar en sus caminos espirituales el ELEGIR la SINCERIDAD, la HONESTIDAD personal, la ACEPTACIÓN DE NUESTRAS VULNERABILIDADES.
Los ocultos han camuflado, se han escondido, nos han puesto caras de póker, de que todo va bien, pero a la vista está que sus decisiones no les han llevado por el mejor camino. Mirad las caras de las figuras conocidas de las Élites y decidme cómo vibran. Hay un personaje que no voy a escribir su nombre solo sus iniciales y cuyo apellido es capicua: S- – -S  miradle la cara patética, su niño interno asqueado de si mismo y de sus decisiones y acciones.
Ya no podrán ocultarse porque cada uno de nosotros es portador, en su rostro, en su cuerpo entero, del resultado de sus propias acciones. Vibras en Amor? Vibras en odio hacia los demás?…
Incluso en la comunidad de los despiertos, aquellos que se posicionan demasiado en el odio, en la información densa y negativa reflejan ya en sus rostros las marcas de su forma de interpretar las cosas y pierden el amor y el néctar de la compasión que suaviza sus rostros.
Sea como fuere, el caso es que vamos a ver cada vez más el rostro auténtico de todo el mundo. Las máscaras caen aún cuando nos intentan forzar desde las autoridades a llevarla… qué interesante paralelismo entre la mentira del que busca ocultarse y la evidencia de la transparencia con la que la Verdad hace acto de presencia con su plena potencia en este mundo en debacle.
No temamos la autenticidad, la vulnerabilidad. Dejemos de sonreir cuando en realidad queremos pegar un mamporrazo. Démonos permiso de ser y estar como realmente nos sentimos. De nada sirven ya las fachadas, no es tiempo de maquear y falsear la verdad de cómo nos sentimos. Es tiempo de reconocer y sanar. Sin miedo.
Bendiciones
Barbara Meneses